Uno de los principales oponentes a la Pedagogía Tradicional fue el ginebrino Juan Jacobo Rousseau, quien escribió un libro titulado "Emilio", sentando en él las bases de la Pedagogía Moderna.
Así en el texto es posible encontrar cuatro principios fundamentales:
1. El niño debe ser educado por y para la libertad, con autonomía de su voluntad y de su razón, apartado en lo posible de las influencias que la impidan o dificulten: excesos familiares en el afecto, exigencias apasionadas y morbosas dela sociedad, libros que desorienten su espiritu.
2. Hay que dejar que la influencia madure en el niño, es decir, no se debe precipitar o adelentar el crecimiento espiritual del párvulo. Los padres suelen cometer el error de admirarse de la precocidad de sus hijos, y aun de fomentarla, con lo que les causan quebranto grave.
3. La educacion del sentimiento es mas importante que la educación de la ineligencia. Quien sobreponga el corazón al cerebro será siempre un verdadero ser humano; quien ahogue con la razón sus impulsos cordiales correrá el peligro de convertirse en una máquina automatica, por muy inteligente que sea.
4. No importa tanto aprender muchas cosas como aprender a captarlas, es decir, ejercitar la capacidad y la aptitud de asimilar y comprender.
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